“Si dejamos de mirar el paisaje como si fuese el objeto de una industria podremos descubrir de repente una gran cantidad de espacios indecisos, desprovistos de función, a los que resulta difícil darles un nombre. Este conjunto no pertenece ni al dominio de la sombra ni al de la luz. Está situado en sus márgenes: en las orillas de los bosques, a lo largo de las carreteras y de los ríos, en los rincones más olvidados de la cultura, allí donde las máquinas no pueden llegar. Cubre superficies de dimensiones modestas, tan dispersas como las esquinas perdidas de un prado. Son unitarios y vastos como las turberas, las landas y ciertos terrenos yermos surgidos de un desprendimiento reciente.”

Gilles Clément. “Manifiesto del tercer paisaje” París. 2004.

En el año 2004 Gilles Clément publica el “Manifiesto del Tercer Paisaje”, una perspectiva innovadora respecto de los espacios residuales y abandonados en nuestro entorno. Clément define el Tercer Paisaje como aquellos lugares que han escapado al control deliberado del ser humano, incluyendo cunetas de carreteras, terrenos baldíos urbanos, zonas de transición entre la ciudad y el campo, y áreas de difícil acceso. Estos espacios, a menudo ignorados o considerados sin valor, son en realidad refugios cruciales para la biodiversidad, caracterizados por una dinámica propia y evolutiva, carentes de mantenimiento formal y ricos en una mezcla diversa de especies.

La importancia ecológica de estos espacios radica en su capacidad para permitir el desarrollo de sistemas biológicos verdaderamente libres, compensando la pérdida de diversidad causada por la agricultura intensiva y la urbanización. Funcionan como reservorios de especies que no encuentran lugar en otros sitios, contribuyendo así a la resiliencia ecológica de nuestro entorno.

Clément propone un enfoque de gestión que reconoce el valor ecológico de estos espacios, permitiendo su evolución natural sin intervención excesiva y fomentando una conciencia colectiva sobre su importancia. Sugiere integrarlos en la planificación urbana y paisajística, un concepto que ha influido en proyectos como el Parc Matisse en Lille, Francia, y en el urbanismo contemporáneo en general. 

El Manifiesto del Tercer Paisaje nos invita a repensar los espacios urbanos olvidados y marginales como lugares de potencial ecológico y social. En el contexto del Concurso Nacional de Anteproyectos para la re-funcionalización del Mercado Municipal y Espacio Público Plaza Lavalle en Bahía Blanca, esta visión se posiciona en el centro de los conceptos de paisaje de ocio, paisaje social y paisaje cultural para crear una propuesta que entrelaza las dimensiones urbana, paisajística y arquitectónica.

Clément nos recuerda que "el Tercer Paisaje es un espacio evolutivo, intermedio, en espera, a veces azaroso y otras fruto de la suma de trabajos individuales". Esta idea se materializa en nuestra propuesta a través de la superposición y convivencia de diferentes capas de intervención, donde lo urbano, lo paisajístico y lo arquitectónico se funden en una simbiosis armoniosa.

La renovación del suelo se convierte en el primer acto de transformación, ampliando el carácter público y paisajístico del entorno. Las veredas y calles se transforman en boulevares, las calles angostas en espacios peatonalizados de convivencia con bicicletas y autos, y las avenidas se redefinen como lugares de reducción de velocidad y continuidad visual. Sobre este estrato rígido, se despliega una dimensión paisajística y de ocio que, como sugiere Clément, permite que "aflore un sistema biológico verdaderamente libre". 

Este paisaje de ocio se concibe como un tapiz vivo que ofrece espacios de reunión, lugares de descanso, techos bajo los cuales repararse, manchas de sombra y áreas verdes. Un paisaje de ocio, descanso juego y construcción de sentido comunitario. La plaza, extendiendo sus límites hacia las calles laterales, recupera su carácter de plaza entre fachadas. Una pérgola, reminiscente de los "espacios de transición" de Clément, facilita la incorporación de ferias y actividades, creando un diálogo entre el interior y el exterior.

La recuperación de la cubierta del mercado representa quizás la manifestación más audaz del Tercer Paisaje en nuestro proyecto. Este espacio, anteriormente residual, se transforma en un nuevo paisaje cultural y social. Como afirma Clément, estos lugares son "a la vez frágiles y ricos", y es precisamente esta dualidad la que buscamos explotar. La nueva cubierta se informa de la estructura vertical existente, unas columnas metálicas se apoyan sobre las existentes modulando en franjas la disposición general, su altura y modulación. Se despliega aceptando las diferencias de niveles del parking teniendo como cota máximo el nivel inferior del tanque de agua. Con estos parámetros una cubierta plegada cubre el centro de la terraza dejando espacios verdes como balcones y primer filtro. Esto la convierte en un espacio inédito dentro de la ciudad, acogiendo programas complementarios y extendiendo la banda de uso horario del edificio. 

En un marco más amplio, el nuevo centro cultural se concibe como un nodo que dialoga con el paseo comercial y el teatro al norte, creando un "fragmento irresoluto del Jardín planetario”, en términos de Clément.

Una serie de dispositivos equivalentes pero en diversas escalas y tamaños reúnen y acoplan estos tres paisajes o dimensiones. Algunos recogen programas pequeños y complementarios como servicios húmedos o puestos de información otros cobra una dimensión vertical e integran los boulevards y el centro cultural en la terraza. Entre la nueva plaza y el mercado se define un primer espacio en planta baja para el centro cultural un boulevard transversal funciona como enlace y lugar de encuentro. Un mirador es el nuevo lugar de acceso a la terraza incorporando los medios mecánicos necesarios. Su ligereza contrasta con la expresión del edificio del mercado sumándole una presencia lumínica y cambiante. En algún tiempo ese elemento formará parte del paisaje urbano y la memoria de la gente, se incorporará a un catalogo de referencias dentro de la ciudad. 

Nuestra propuesta busca crear una serie de lugares o escenarios que, en secuencia, renueven el entorno y sus dinámicas. Sin embargo, como sugiere Clément, las verdaderas bases del proyecto se encuentran en lo intangible: el intercambio, el diálogo, las acciones, actividades y el ideario comunitario. La posición del Tercer Paisaje busca crear atmósferas que no solo sean funcional y estéticamente agradables, sino que también fomenten la biodiversidad urbana y la diversidad social, convirtiéndose en un refugio para la Convivencia Ecosistémica en el corazón de Bahía Blanca.   

“...Nuestro ejercicio pretende superar la barrera de un edificio resolutivo… Ante todo, quiere ser una infraestructura que extienda bajo sus entrañas la idea de comunidad. Nuestra propuesta quiere ser arquitectura relacional donde aprendizaje, experimentación y ocio se tornen algo gratificante y gozoso.”

Alvar Aalto