El presente proyecto tiene como escenario el microcentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un enclave de gran importancia en la trama urbana de la ciudad. El sitio se caracteriza por su gran densidad, donde edificios imponentes se alzan en estrechos espacios y el espacio verde escasea. Una puesta teatral que supimos conocer como vertiginosa, en pausa durante el confinamiento y a ser redescripta en el futuro inmediato.

Este proyecto tiene como objetivo la construcción de las nuevas oficinas de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) en un terreno estratégicamente ubicado en la calle Tucumán 1524. La AHRCC desempeña un papel fundamental en el sector turístico y gastronómico de Buenos Aires, siendo un actor clave en la promoción y desarrollo de la industria en la ciudad. Su sede no solo será un lugar de trabajo, sino un punto de referencia y encuentro para profesionales y empresas del sector. La presencia de edificios y lotes en desuso en el microcentro presenta un desafío y una oportunidad. A través de un diseño arquitectónico que tome en consideración tanto la eficiencia como la sostenibilidad, este proyecto tiene como objetivo crear un espacio de trabajo que repiense las necesidades post pandemia.

En términos urbanos, el proyecto toma como referencia la altura de los edificios linderos para consolidar el frente de la manzana. No solo respetando la normativa del código urbano, sino que también genera un retiro en esa altura que permite la creación de una terraza verde en relación con la biblioteca y el espacio de coworking. Esta terraza se convierte en un oasis en medio del concreto, un lugar de encuentro y expansión para los ocupantes del edificio, integrando la naturaleza en el entorno urbano. Asimismo el proyecto opta por comprimir al máximo el volumen construido dentro de la carpa edificable, garantizando un mayor retiro de fondo y obteniendo por resultado un vacío urbano de grandes dimensiones.

El edificio se destaca por su flexibilidad y un programa funcional bien diseñado. La escalera se desplaza al exterior para brindar una mayor libertad de circulación en las plantas. Los ascensores y las instalaciones básicas permanecen constantes en todos los pisos, mientras que los demás servicios se adaptan a las necesidades específicas de cada nivel, permitiendo la creación de diferentes tipos de espacios según el programa funcional de cada planta.

Además, los subsuelos se organizan estratégicamente, con programas públicos en el primer subsuelo, como el auditorio y el salón de usos múltiples, aprovechando espacios al aire libre y un jardín en la parte superior. Los demás subsuelos se destinan a estacionamientos para automóviles y bicicletas, aprovechando al máximo el espacio disponible sin necesidad de iluminación o ventilación natural. La planta baja se concibe como un espacio abierto y permeable con un núcleo discreto. Esto permite la vista cruzada desde la calle, culminando en un jardín trasero que actúa como un pulmón verde en una zona de microcentro típicamente densa y ofrece una superficie absorbente en contraposición a la impermeabilidad predominante. Finalmente, en las plantas tipo, se prioriza la organización de los despachos hacia el frente, con mayor privacidad y control solar, mientras que los puestos de trabajo se sitúan hacia el contrafrente, en espacios diáfanos sin divisiones. Además, en la azotea, se integra una terraza verde que no solo devuelve suelo absorbente a la ciudad sino que también ofrece un espacio agradable para el ocio de los ocupantes del edificio.

La estructura del edificio se compone por losas de hormigón simples que se extienden de una medianera a la otra sin la necesidad de columnas ni vigas intermedias. Esta solución estructural permite un diseño interior flexible, sin obstrucciones espaciales, y maximiza el uso del espacio en cada planta. El núcleo no solo cumple con su función de transporte vertical, sino que también actúa como elemento estructural que ayuda a soportar las losas del edificio, distribuyendo las cargas de manera más eficiente.

Las fachadas se dividen en cuatro módulos de 3 metros, lo que ayuda en la posterior organización de los espacios interiores y asimismo contribuye a la composición formal del edificio. La resolución constructiva de la fachada norte y sur del edificio se mantiene uniforme en términos de diseño y funcionalidad. Ambas incorporan paños de carpintería con dimensiones reducidas y fácilmente reemplazables, lo que garantiza la consistencia en el aspecto y la funcionalidad del edificio en todas sus orientaciones. Esta fachada no funciona como un elemento plano sino que contiene un espesor que la convierte en un dispositivo de mediación ambiental. El mismo tiene como función actuar como un elemento de control solar, proporcionando sombra y reduciendo la ganancia de calor en el interior del edificio. Para mejorar la eficiencia energética y el confort interior al norte y al sur se propone una mínima variación sobre la misma estrategia. Al norte los cristales ocupan el filo interior del cerramoento, mientras que un serie de toldos de tela tensada completan el sistema hacia el exterior. Los mismos ofrecen protección solar variable a lo largo del día, reduciendo la necesidad de enfriamiento artificial. Debajo de los paños de carpintería, un antepecho profundo alberga las instalaciones termomecánicas del edificio y canteros que dan soporte a vegetación nativa. La terminación exterior es de chapa de aluminio lisa y montantes verticales que ocultan la junta, proporcionando una apariencia pulida y continua a la fachada. La cara sur, de igual resolución, coloca los vidrios en el filo exterior para maximizar luz y vistas sin comprometer la eficiencia energética y el control ambiental. La ventilación cruzada se logra mediante paños accionables ubicados en ambas fachadas y un espacio que puede ser continuo. Estos dispositivos permiten la entrada de aire fresco y lacirculación de corrientes, mejorando la calidad del aire interior y reduciendo la dependencia de sistemas mecánicos de ventilación.